lunes, 10 de agosto de 2015

Las cigarras cantan en diciembre

Llegaba diciembre con todos sus calores en el pueblo y con su coro de cigarras para infligir a la siesta la agudeza de su canto, con las respectivas quejas de algunas abuelas que no podían dormir al aire libre, bajo la sombra de los árboles de mango. 

Las cigarras eran un divertimento para nosotros, los niños; sea por su canto, por el gusto de urdir estrategias para atraparlas o por ver cómo "desaparecían" dejando el cascaron vacío, transparente, pegado a un árbol; una especie de "otro yo" de los bichos. Un truco para escapar y volver al año siguiente a anunciar las fiestas y así colmarnos de nuevo con el aroma de flor de coco, abundantes sandías y jugosos melones.

Hace unos días estuvimos recorriendo las áridas geografías del desierto almeriense y el parque natural de Cabo de Gata, con sus playas de inabarcable belleza. En esos parajes, cuando el sol daba un poco de tregua empezaban las cigarras a imitarse unas a otras y a poblar con su eco toda la comarca. Mientras las escuchaba recordé nuevamente aquellas tardes de diciembre húmedo. Pensé en la influencia de los hemisferios, en que uno nunca termina de acomodarse cuando migra; porque aunque puedas llevar años aquí o allá, cuando toda tu contextura cultural se sacude, siempre queda esa incómoda picazón que te señala de dónde eres y dónde estás pisando. De costumbres somos. Y para mí las cigarras eran de fin de año.

Ahora lo escribo, recordando aquellas traviesas horas de la siesta paraguaya, sentado frente a mi computadora en Sevilla, junto al monótono giro del ventilador y un trozo de sandía fresca que me sonríe desde el plato, en pleno julio.

"Cigarra tonta, cigarra, tu ronca voz de verano
llena de música el cielo y de horizontes el campo"
                                                                                          José Luis Appleyard 

1 comentario:

  1. Gracias por esa mirada que se asoma a dimensiones innombrables, por convertirte en cable de alta tensión y sangrar tinta letra a letra para fertilizar la tierra siendo tú mismo, eres poesía y además la escribes. Gracias hermano por re-crearme al sentirte. Ro añua che kamba'i!

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