martes, 24 de abril de 2012

Llueve en Lisboa


Llueve en Lisboa ¿Siempre llueve en Lisboa? “¿Y por qué pensás que las casas tienen azulejos por fuera”?, me dice una compatriota que lleva años viviendo en la capital lusitana.

El caso es que llueve, de mañana, de tarde, incluso de madrugada llueve. La gente silenciosa, casi oscura, con sus pilotos bajo el cielo en lágrimas. Unos días más y me doy cuenta de que el sol le da otra luz a Lisboa y brotan paredes y tejados, como la poesía de Pessoa en los mercadillos de libros usados. Le salen ramitas verdes a las viviendas. Pero pronto regresa la lluvia, arreciando las calles y uno se va acostumbrando a los vidrios empañados de los viejos tranvías que le dan el color y el sonido a esta ciudad que, a pesar de todo, sigue allí con esa dulce melancolía con la que me despide desde el castillo de Saô Jorge, abriendo un poquito sus nubarrones, para esbozar una sonrisa de sol en honor a mi partida.


Los "elétricos" que surcan la ciudad, subiendo y bajando por los antiguos fierros de Lisboa (foto del autor).

jueves, 12 de abril de 2012

Con la tierra bajo los pies

En este espacio virtual-virtuoso para la expresión, intentaré poner letra a letra mis ideas y andares por esta vida  que me inunda con sus geografías. Así que bienvenido seas compa de caminatas que aquí seguiremos la senda de los cuentos, las novedades, los viajes y las desventuras.
Empiezo recordando este fragmento del poeta lisboeta Fernando Pessoa: 


"É o tempo da travessia: e, se nâo ousamos fazê-la, teremos ficado, para sempre, à margem de nós mesmos. Pedras no caminho? Guardo todas, um día vou construir um castelo..."


Transitando por pretéritos caminos, rumbo al río Ypane, en Tacuati, Paraguay (foto: Flora Ovalles)