Están en las calles de concurridas ciudades. Algunos en
silencio reflexivo, otros con poética sonoridad o ruidosa rutina. Cada uno brindando lo mejor de su creación.
Entretienen, impresionan, emocionan y alegran rincones.
En estos tiempos de crisis y desencanto, allí están ellos, personajes de la calle, que primero te regalan su arte y luego piden tu solidaridad para seguir cultivando sus sueños.
Desde el cinismo del poder, en algunos municipios son prohibidos, perseguidos y multados. Pero la creatividad no se corta por decreto, porque vuelve a brotar con su clandestina cualidad para el disfrute de los caminantes.
Homenaje a las cotidianas luchadoras, Sevilla.
Música árabe en el Barrio Gótico, Barcelona.
Ritmo y garganta de los mariachis en Sol, Madrid.